victimismo-1024x400 Emociones que nos preocupan, "Victimismo".

EMOCIONES QUE NOS PREOCUPAN, VICTIMISMO

Lo aceptemos o no, todos caemos en acciones y tácticas victimistas de vez en cuando para manipular situaciones y salirnos con la nuestra. Sin embargo una actitud crónica y permanente de victimismo puro y duro es altamente peligrosa para tu salud física, mental y emocional: tu postura de mártir te encadena a tus problemas y te inmoviliza. El victimismo es, además, tremendamente adictivo. Puedes quejarte, sí, pero eso no te impide movilizarte y actuar cuando se debe. El gran problema del victimismo es que lo usamos para quitarnos toda responsabilidad de encima de forma “cómoda” (pero ineficiente, claro está). ¿Qué implica tomar responsabilidad personal y dejar de ser víctima de las circunstancias? Nunca culpar a los demás o a las circunstancias externas por lo que ocurre en tu vida o por cómo te sientes. Como dice la frase budista: “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”. Tener la habilidad para observar cómo te sientes dentro de tu mente y tu cuerpo, saber aceptarte sincera y profundamente, y saber que en tu mano están las riendas de tu vida para hacer los cambios necesarios. Definir bien los objetivos que deseas cumplir en cada ámbito de tu vida, y asegurarte de que tus acciones y decisiones diarias te encaminen peldaño a peldaño en la dirección de tus objetivos marcados. Asumir plena responsabilidad en cuanto a la realización de estos objetivos. Ser proactivos y tomar iniciativa. Entender que todo (o casi todo) lo que existe en tu vida lo has creado tú desde tus acciones, tus creencias y tus interpretaciones personales. Dime una cosa… ¿Quién tiene realmente la llave de tu felicidad? ¿A quién se la estás entregando? Cuando vives en un rol de victima intentas controlar a las personas y los resultados. Entregas la llave de tu felicidad a otras personas o situaciones. Dependes de la cooperación del ambiente externo a ti para poder ser feliz. Cuando tomas responsabilidad sobre tu propia felicidad estás en control de tu ambiente interno y tienes la llave de la felicidad en tus manos. Independientemente de lo que ocurra en el ambiente externo. Por lo tanto la responsabilidad externa y la responsabilidad interna son fuerzas compensatorias. Tu necesidad de una disminuye cuando tienes un mayor control sobre la otra. Tú puedes elegir vivir tu vida desde la responsabilidad o desde el victimismo Nuestra percepción del mundo y la realidad que nos rodea dependen de nuestro entendimiento, nivel de conciencia y el conjunto de nuestra personalidad. Una misma situación puede ser vivida de maneras infinitamente diferentes por diferentes personas. Podemos elegir vivir la vida desde el victimismo, sintiéndonos pequeños e indefensos ante el mundo exterior, o desde la responsabilidad, sintiéndonos seres completos y poderosos en constante desarrollo y evolución. La persona que toma responsabilidad toma un rol creador y se permite vivir la vida en abundancia. La persona que se posiciona en el victimismo se envuelve de negatividad, tiene una idea rígida de cómo las cosas deberían de ser y se cierra a la magia de la vida y al aprendizaje. La persona victimista tendrá más probabilidades de caer en la pasividad, la inercia, los estados de depresivos y la apatía. La verdadera libertad te llega cuando consigues liberarte del victimismo. Cuando asumes la responsabilidad por quien eres, te abrazas y confías en tu potencial interior y todo lo bueno que hay ahí afuera para ti. Este puede ser uno de los cambios más transformadores y decisivos que ocurran en tu vida. Tomar responsabilidad de tu vida y tu felicidad se traduce en mejor autoestima y mejor salud Las personas que asumen la responsabilidad de su propia vida y su propia felicidad: Tienden a gozar de una saludable autoestima. Se ven reforzadas con cada logro, con cada batalla vencida, con cada lección aprendida y superada. Se gustan más a sí mismas, tienen más autoconfianza, y se sienten más competentes para la vida y más merecedoras de felicidad y éxitos. No es de extrañar que estas personas a su vez resulten más carismáticas, atractivas e interesantes para los demás. En cambio las personas victimistas: Viven con emociones tan adversas para el bienestar físico y emocional como: la ira, el remordimiento, la impotencia, la hipervigilancia, la culpa. Estas emociones producen un intenso estrés que disminuye las capacidades de su sistema inmune, dejándoles más expuestos a enfermedades y desequilibrios de salud. Además de no tomar responsabilidad, también tienen una inclinación permanente hacia el auto-sacrificio y la exaltación de su propio sufrimiento. Consiguen que las personas de su entorno pasen de sentir pena y compasión por ellas a sentir una fuerte frustración e impotencia con el tiempo. Tienden a manipular los sentimientos, pensamientos y conductas de los demás. Se muestran muy susceptibles: consideran que hacen mucho por los demás y esperan a cambio su recompensa. Si no la reciben fácilmente tachan a los demás de egoístas. Se podría decir que lo suyo es la “extorsión sentimental”, sean conscientes de ello o no. ¿Qué ocurriría si…? 7 Preguntas para ayudarte a abandonar las tendencias victimistas ¿Qué ocurriría si te hicieras responsable de cada palabra que pronuncias? ¿Qué ganas y que pierdes cuando adoptas la postura de criatura indefensa? ¿Hubo un momento en tu pasado en que superaste un problema a base de hacerte la victima? ¿Crees que esta estrategia te sirve a día de hoy? ¿Qué ocurriría si pasaras un mes entero sin culpar a nadie de nada? ¿Por qué no pruebas, sólo por hoy, a enfocarte en disfrutar más de los pequeños momentos y culpar y juzgar menos? ¿Qué ocurriría si añades más amor y menos drama en las pequeñas discusiones con tu pareja/madre/hermano/hijo? ¿Qué tal si empiezas hoy a practicar la auto-critica honesta en lugar de buscar culpables en todos los sitios?